jueves, 27 de agosto de 2015

Nightcrawler: La punta del iceberg




El protagonista de la película Nightcrawler(2014) -del director Dan Gilroy- me hace pensar en la inteligencia que puede llegar a alcanzar un ser humano cuando se lo propone.
Un hombre como Leonardo Da Vinci, por ejemplo, nació en un mundo que no tenía computadoras y fue capaz de idear desde máquinas voladoras hasta submarinos. ¿Por qué entonces en nuestra época la mayoría pasa su vida en una atronadora mediocridad? ¿No se supone que al tener más tecnologías tendríamos más tiempo para pensar y crear?
Algunos dirán que la culpa de que nuestro cerebro sea un chicle es por ver tanta televisión pero algunos humanos pueden estar superando la apatía y el aburrimiento permanente de nuestros tiempos, e incluso podrían incluso estar convirtiéndose en súper humanos, acercándose a Da Vinci.
Esto es lo que intenta hacer –guardando las distancias- el protagonista de Nightcrawler(2014), interpretado por el versátil actor Jake Gyllenhaal, quien tuvo que adelgazar profusamente para encarnar al obsesivo Louis "Lou" Bloom.
No, la cinta no muestra la historia de un genio altruista, al contrario es más bien un sociópata. Lo comparo con Da Vinci por la capacidad que tiene de autoformarse llegando a alcanzar un alto rendimiento en su área, pero en su caso obviando la ética.
Con una personalidad que me recuerda el síndrome de Asperger –por su capacidad de enfocarse de forma casi obsesiva-, Bloom se dedica a estudiar por Internet la forma de ser más productivo y decide dedicarse a una actividad borde: reportar sucesos sangrientos para venderlos a los noticieros televisivos habidos de rating.
En un momento dado se da cuenta de las claves de interés de estos reportajes y no le tiembla el pulso en forzar situaciones para lograr la toma más impactante; inicia con mover una foto,  luego un cadáver para luego terminar provocando un asesinato. Su capacidad de adaptarse y ser más productivo es envidiable, si sólo se enfocara en algo más loable.
Titulo estas líneas “la punta del iceberg” porque preveo en los próximos años un boom de autónomos que con una conexión a Internet logren educarse y alcanzar cotas de creatividad e iniciativa que el anquilosado sistema educativo no está logrando. Se siguen formando profesionales con la visión del siglo XX en pleno y vertiginoso siglo XXI: Alumnos capases de hakear son enseñados por profesores que apenas saben leer su email.
Sí, se multiplicarán los terribles Bloom pero estos sólo serán la fiebre de una tendencia que a la larga será positiva: la multiplicación de los Da Vinci. El mañana será alucinante y quiero estar allí para vivirlo.