lunes, 27 de enero de 2014

Despachando quemaditos




Inicié el 2014 con el objetivo de ir viendo una serie de películas que tenía pendiente por disfrutar y que se habían venido acumulado en el formato “quemadito” o copia pirata que en Latinoamérica termina siendo un mal necesario.

Los primero días del año he venido adelantando esta tarea y ya he generado tres grupos: las que me gustaron, las fatales y las que llamo buenos intentos.

Entre las que me gustaron están:

Grupo 7 (2012), de Alberto Rodríguez Librero. Es una película española del género policial que supera las típicas escenas de acción y roza interrogantes interesantes sobre el género humano. Aunque parecía que la película iba a ser parecida a las típicas series televisivas españolas que se sostienen en el sexapil de sus protagonistas, en este caso los actores se lucen y aumentan sus registros actorales.

Argo (2012), de Ben Affleck. Aunque Affleck es uno de los actores que menos me gusta debo reconocer que su película sí me agradó sobre todo por su edición. Creo que haber usado barba me hizo olvidar afortunadamente de quién se trataba. 

Shame (2011), de Steve McQueen. Es una película británica ambientada en Nueva York y trata sobre la compulsión sexual de su protagonista cuya relación con su hermana es enfermiza. Lo que más me gusta es que no hay un narrador que moralice o explique de forma excesiva la trama, al contario se deja en el espectador el trabajo de darle significado a la historia.

Man on ledge (2012), de Asger Leth. Tener al protagonista el 90% de la película en la cornisa de un edificio me parece súper interesante y difícil de mantener la atención del espectador, que se logra. Por otra parte me agradó ver la participación dentro del cast de la actriz venezolana Génesis Rodríguez, la hija del Puma: fresca, graciosa, bien plantada; lástima que el guionista cae en un estereotipo gratuito en uno de los diálogos al introducir una burla llamándola “chiguagua” para subrayar su origen latino.  Me decepcionó un poco la escena final que no le hace justicia a lo bien tratada de las escenas en la cornisa: los directores deberían saber cuándo cortar la película para no terminarla con una cursilería.

Entre las fatales:

Skyline (2010), de los hermanos Strause. Mala, tipo película del canal por cable ScyFy.

The Freebie (2010), dirigida y protagonizada por Katie Aselton. La buena idea en la que se basa – sobre permitir a tu pareja tener una noche libre con otra persona- termina siendo presentada de forma pacata y demasiado simple. Uno termina preguntándose ¿había que hacer una película para tan poco?, y la respuesta es: quizá la directora tiene un trauma no resuelto que le hace pensar que lo mostrado en la película iba a impactar a todo el mundo.

Y entre los buenos intentos están:

The Adjustment Bureau (2011), de George Nolfi. El protagonista es Matt Damon y la película nos hace pensar en esas pequeñas acciones que cambian drásticamente nuestro destino.

Chronicle (2012), dirigida por Josh Trank y escrita por Max Landis. Utiliza el ya muy usado juego de la cámara en mano que hizo célebre la cinta The Blair Witch Project, pero sin generar mareos en el espectador.

The Mortal Instruments (2013), de Scott Stewart. Es la versión cinematográfica del primer libro de una saga para adolescentes de la escritora Cassandra Clare. Aunque logra tener un cast de actores con trayectoria que fortalece a los novatos, la historia se presenta como un calco saturado del libro que puede confundir al espectador. 

After Earth (2013), de M. Night Shyamalan. Protagonizada por Will Smith y su hijo Jaden Smith, lo major de la película es uno de sus diálogos: “Danger is real, fear is a choice” (“El peligro es real, el miedo es una opción”).

Esclavo de Dios (2013), de Joel Novoa Schneider. Es una película venezolana que presenta el conflicto Israelí Palestino a través de la historia de los terroristas suicidas. Pequeña pero buena es la intervención de la actriz María Alejandra Martín. El protagonista parece una foto que camina que dice sí soy árabe pero no transmito ninguna emoción pese a que voy a morir y dejar a mi esposa viuda y a mi hijo huérfano.

En las próximas entregas generaré un post por cada película que vea con mis comentarios sobre ella. Sigamos disfrutando del cine, sin cotufas en mi caso. 

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