martes, 30 de diciembre de 2014

I Origins: nuestras obsesiones nos definen


Por @Joaquin_Pereira

En la película de Mike Cahill I Origins (2014), la inquietante enamorada del protagonista lo llama “Dr Ojo” pues precisamente esa es su obsesión: demostrar que el ojo humano surgió producto de la evolución y no por acción divina. Para lograr esto el científico trabaja en estimular el surgimiento de un ojo primigenio en un gusano sin el sentido de la vista. Pero la vida siempre nos sorprende cambiando nuestros pobres proyectos por una opción más enriquecedora.

Por mucho que esté casado con su asistente de laboratorio y que su amada haya desaparecido de improviso, no puede evitar por mucho que lo intente retomar la búsqueda de su pasión que ahora habita en el cuerpo de una niña en la India. ¿Me pregunto por qué los directores de películas siempre terminan por jugar la carta “India” cuando tocan el tema de la espiritualidad?

Pero el punto que quiero tratar es el de nuestras obsesiones, esas que por lo general se instalan en nuestra alma en los primeros años de vida: música, fútbol, ovnis, actuación,… No importa haber errado la carrera universitaria o las múltiples decepciones amorosas, todas tendemos a retomar la senda de nuestros sueños. Unos ya muy tarde, otros como una maldición y los afortunados como una experiencia inspiradora.

¿Qué te obsesiona? ¿Por qué no te entregas a tu pasión? ¿A qué le temes? 

Cuando te mires en el espejo mira el iris de tus ojos: sus imbricados tejidos son únicos e irrepetibles en cada persona del planeta… a menos que creas en la reencarnación como propone la película. Lo importante es que te sientas valioso y con una misión particular, eso te salvará de ese mercadeo de productos que nos acosa a diario homogenizando nuestros días.

Comenzamos a recuperar nuestra paz cuando nos damos cuenta que todos estamos locos, pero sólo algunos logramos llevar las riendas de nuestra locura con una dirección enfocada. 

En la cinta los científicos afirman que no obtener resultado positivo de una búsqueda no es un fracaso, sólo acumulamos datos que nos servirán para reconducir nuestra búsqueda en otra dirección.

Llamamos obsesión a esa misión que traemos al nacer y que no entendemos por qué nos atrae tanto.  No esperes a que una tragedia te devuelva a la ruta de tu destino, dale espacio y oxígeno a tu locura y los demás tendrán que adaptarse a tu nueva situación.



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