domingo, 10 de septiembre de 2017

Moon: Rescatando nuestra originalidad


@Joaquin_Pereira

Hace unos días estuve en un club invitado por unos familiares. Lo típico: piscina, tenis, ping pong, bingo, bailoterapia, cervezas, pescado frito… En un momento en el que estaba relajándome en la piscina me sentí de repente angustiado, como si formara parte de una obra de teatro que alguien armó hace años y en la que sólo soy el clon de un personaje que se repite al infinito.

Cuando venimos al mundo no nos preguntan que quisiéramos hacer, cómo quisiéramos hacerlo, cuál es el mensaje o misión que traemos en esta encarnación. Nos ponen un nombre, unos apellidos, y nos encausan a formar parte de un sistema que si detenemos la marcha desbocada de la vida nos daremos cuenta que está profundamente enfermo. 

Semanas atrás me di cuenta de lo mismo cuando estuve realizando una investigación en la hemeroteca nacional. Buscando una nota de prensa en varios periódicos de 1983 me sumergí en el acontecer mundial de aquella época: tragedias, asesinatos, robos, elecciones, guerra sucia entre políticos, carteleras de cine con los actores jóvenes del momento,… Lo mismo que podría encontrar en cualquier periódico actual. 

Pareciera que la vida termina siendo un juego de distracción masiva que engulle a cada humano que nace y lo hace recorrer los mismos caminos trillados. 

Esto termina concluyendo Sam Bell, el protagonista de la película Moon (2009), la opera prima del director Duncan Jones. Se cree que el primer terrícola encargado de llevar a cabo trabajos de excavación en la Luna, hasta que por accidente se da cuenta que es sólo uno más de un centenar de clones que han ocupado su puesto con anterioridad.

Como Sam quisiera reclamar mi independencia y mostrar que soy un ser original que merece cuestionar la realidad y decidir su particular forma de expresarse en el mundo.

¿Por qué debo formar una pareja para toda la vida? ¿Por qué debo aprender a manejar un carro? ¿Por qué debo jubilarme a determinada edad? ¿Por qué debo creer en determinado Dios? ¿Por qué debo odiar a tales tipos de personas? 

Luego de ver Moon he iniciado un proceso profundo de cuestionamiento personal haciendo un inventario de las actitudes que asumo como normales y que ejerzo aparentemente con libertad y que más bien son la repetición de un guion social que sigo como un autómata. 

De repente me he despertado y siento que ya no encajo en el sistema. Se siente como una especie de vértigo, pero poco a poco, superado el miedo, termina siendo un renacimiento. Vuelvo a hacerme preguntas: ¿Qué quiero hacer realmente antes de morir? ¿Cómo quiero que sean mis relaciones? ¿Estoy ejerciendo todo mi potencial? ¿Qué creencias me están limitando y puedo dejar a un lado? 

No soy el clon de un personaje diseñado para consumir diversión prefabricada y mantenerme dormido. Soy un creador que vino al mundo a agitar conciencias. Sí, soy el escritor de mi propia vida. He dicho. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario