jueves, 7 de septiembre de 2017

The Lobster: Yo escogería ser un búho


Por @Joaquin_Pereira

El ser humano ha sido tan condicionado en su proceso de socialización que se siente muy lejano a la naturaleza. Para muchos, ésta la asocian a un atasco del tráfico en época de vacaciones o a la molestia de los mosquitos cuando salen fuera de las ciudades y se adentran en zonas de mayor vegetación.

Es por eso que cuando se nos recuerda que nosotros somos también mamíferos nos chirría un poco la idea. ¿Somos animales? Quizá por esto cuando deseamos alejarnos de los convencionalismos y ser más libres afirmamos que deseamos ser como tal o cual animal.

Uno de los convencionalismos que pueden ser más castrantes es el matrimonio. Hasta tal punto se nos programa para formar pareja que los solteros son considerados parias. 

Esa es la base argumental de la película The Lobster(2015), dirigida por el director griego Yorgos Lanthimos. Una sociedad distópica que obliga a los solteros a reunirse en un hotel para intentar por última vez emparejarse. Los que no lo hacen son condenados a transformarse en un animal.

En una ocasión en Caracas me invitaron a una reunión con un chamán que había escrito un libro titulado Aliados de Poder, consistía en un compendio de animales con una serie de características humanas asociadas. 



En dicho encuentro se realizó una meditación grupal y se nos aseguraba que al final del proceso sentiríamos como el animal que correspondía a nuestro particular aliado de poder. Yo siempre escéptico participé de la experiencia un poco incrédulo de los resultados. 

Al final de la meditación sentí que me había transformado en un ave. Quería extender mis alas pero notaba que estas estaban muy pegadas a mi cuerpo; además sentía que mis ojos eran enormes. Me había convertido en búho.

Cuando leí las características asociadas al búho me vi reflejado: gusto por la escritura y la lectura, más productivo de noche que de día, gusto por la enseñanza.  

Carl Gustav Jung llamaba a estas experiencias "sincronicidad". Concluyó que el individuo y su entorno están intimamente conectados, por lo que hay momentos en que se generan coincidencias que pueden ser interpretadas simbólicamente por el individuo. Esto explica la eficacia de la meditación en la que participé y que despierta en forma simbólica de animal las características intrínsecas que poseemos.

Así es que si me obligaran a transfórmame en un animal si no logro emparejarme escogería al buho.

El mall de las parejas vs el bosque de los solteros

¿Cómo encontrar a la pareja perfecta? La mayoría inicia una relación basado en la atracción sexual y cuanto más fuerte es ésta parece más permanente. Pero aparte del sexo hay una miríada de características e intereses que pueden llevar al traste con la pareja por su incompatibilidad. 

Hay quienes notan esto y concluyen que el amor de pareja es una ficción que debería limitarse al acto sexual ocasional: tiramos y fuera, a por otro. 

Aunque creo que el amor entre dos personas es posible más allá de la atracción sexual, entiendo que puede ser difícil encontrar en una sola persona todo lo que buscamos en nuestras relaciones. 

Cada vez veremos surgir con más libertad relaciones fragmentadas: tener sexo con una persona, formar una empresa con otra y admirar intelectualmente a otra. De unas personas nos puede atraer su físico y de otras su mente. 

Para la generación Youtube el poliamor o el amor fragmentado no será algo descabellado sino más bien algo al que se aspira. No hablamos de infidelidad ni de promiscuidad. Hablamos de relaciones híbridas y de libertad personal.

Yo por si acaso ya he visto un árbol que me gusta al lado del lago alrededor del que troto en las mañanas para poner mi nido de búho si no logro emparejarme y una sociedad distópica me execra. 


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