jueves, 22 de junio de 2017

Calvary: El infierno tiene una sola puerta de salida, el perdón


Por @Joaquin_Pereira

“La barca de mi ingenio, por mejores
aguas surcar, sus velas iza ahora
y deja tras de si mar de dolores;
y cantaré a la tierra purgadora
del alma humana, que hacia el cielo es vía 
de la que se hace de él merecedora”.
Divina Comedia, de Dante Alighieri.
Purgatorio – Canto I – Playa

“Do not despair; one of the
thieves was saved.
Do not presume; one of the
thieves was damned”.
Saint Augustini



Desde muy niño recuerdo ver a mi madre girar su anillo de oro en el dedo anular de su mano izquierda. Nunca se lo quitaba pese a que el motivo del mismo un buen día –y seis hijos después- le dijo “ya no te quiero” y se fue. Nunca lo perdonó. 

Varias décadas más tarde el cáncer se llevó al motivo del anillo y terminó sacándose éste del dedo: allí comenzó su Alzheimer. Aferrarse al anillo y no perdonarlo era su particular forma de retenerlo, pues nunca dejó de amarlo.

La falta de perdón se hereda en eso que algunos llaman transgeneracional. Mi Talón de Aquiles, por tanto, fue también el abandono. Siempre ha sido mi tarea pendiente.

Confieso que no sé cómo se hace para perdonar. Hay otras palabras que puedo manejar con más habilidad: soltar, alejar, dejar, huir,… Pero la palabra perdonar es como esas pastillas gruesas que te cuesta pasar por la garganta.

La vida en su infinita sabiduría ha puesto en mi camino distintas versiones del “señor del anillo” para confrontar aquello que más me cuesta perdonar. Mientras el único afectado era yo, me aferraba al hueso del dolor tan fuerte como mi madre. Pero cuando los afectados fueron mis seres más queridos comprendí que no tenía otra opción que perdonar. 

***
Tenemos miles de razones para no hacerlo: ¿Cómo perdonar -por ejemplo- a un militar que decide sacar un arma de fuego y apagar la vida de un joven de 17 años que decidió confiar en el escudo invisible de su “amplio futuro” y se puso al frente de los manifestantes en contra de la dictadura en Venezuela? 
***

Calvary Official Main Theme Soundtrack By Patrick Cassidy


Para mí fue muy revelador -en cuanto al espinoso tema del perdón- ver la película del día 2 del reto 7x7 versión Circle of Hell –esta especie de cine a la carta con terapia de shock que transito esta semana. Se trata de Calvary (2014), del director John Michael McDonagh.

No me había dado cuanta que de alguna manera asociaba la palabra perdón a esa especie de alcabala que utiliza la iglesia Católica al obligar a sus feligreses a confesar sus pecados ante un sacerdote para que los absuelva de ellos. Quizá mi reticencia a perdonar estaba en creer que esto era sólo una especie de chantaje que se utiliza para mantener manipulado a un rebaño.  

La cinta me mostró con crudeza que el perdón no se circunscribe al confesionario de una iglesia –donde precisamente inicia la cinta:

-Probé semen por primera vez a los siete años –inicia su confesión un misterioso hombre-. ¿No tiene nada que decir?
-Como primer comentario, es asombroso –responde el padre James Lavelle.
-¿Está siendo irónico?
-Perdón, comencemos de nuevo. ¿Qué es lo que me quiere decir? Estoy aquí para escuchar lo que me quieras decir.
-Me violó un cura cuando yo tenía siete años. Oral y analmente como dicen en los informes legales. Continuó durante cinco años; día por medio durante cinco años. Sangré mucho, como puede imaginarse, sangré muchísimo. 

Perdonar que alguien te mire mal o te mienta parece sencillo, pero hacerlo cuando eres violado reiteradamente por años por quien ejerce de mediador con Dios en la Tierra es algo muy difícil de manejar. Llegamos incluso a solidarizarnos con el asesino de la cinta al justificar su odio ante una institución que acogió a su verdugo. 



Es simbólico cuando vemos arder la iglesia en la cinta. El perdón -como ya dije antes- no es una concesión exclusiva de una religión. Hay en el perdón algo ancestral, una especie de recordación de nuestro origen divino.

Según el libro Un curso de Milagros, perdonar es una obligación más que una dádiva. Explican que todos tenemos dentro una luz que no nos pertenece y que debemos devolver a la humanidad. Dejar de perdonar en definitiva nos condena a perpetuar lo que decimos odiar. 

Dos ejemplos gráficos: No perdonar es como si terminaras comiendo cada día en el plato sucio que usaste ayer. No perdonar es pretender recorrer el Camino de Santiago con una mochila de piedras en la espalda.  

Perdonar, en definitiva, como podemos ver al final de la cinta, no libera a nuestro agresor, nos libera a nosotros. Tenemos la opción de salir o no de nuestro infierno.

Sé que en mi caso debo ir a visitar la tumba del “señor del anillo”, pues no fui a su funeral. Quizás así pueda pasar por fin al purgatorio y de allí aspirar al paraíso.  



Calvary -– Quotes

Father James Lavelle: I think there's too much talk 
about sins and not enough about virtues.

Fiona Lavelle: What would be your number one?

Father James Lavelle: I think forgiveness 
has been highly underrated.




Calvary - Brendan Gleeson Interview


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