viernes, 9 de junio de 2017

Little ashes: A una tormenta no se le puede meter en una pequeña caja


Por @Joaquin_Pereira

Conoces a alguien que se convierte en una bocanada de oxígeno en tu vida. Te despiertas más temprano agradecido de un nuevo día porque sabes que está allí. Puedes pasar horas hablando con él. Llega como una tormenta magnífica; te maravillan sus rayos y su desbocada fuerza. 

Pero como estás en una generación intermedia aun perviven en ti aquellos paradigmas con los que tus antecesores entendían las relaciones. Y entonces la cagas. Estás enamorado, es obvio. Buscas referentes y consigues en la trastera de tu inconsciente una pequeña caja etiquetada como “pareja”. 

Decides entonces meter a tu estupenda tormenta en esa pequeña caja: tener sexo sólo entre ustedes, jugar a la casita, hacer ejercicios juntos, tener un negocio en común, no tener amigos propios… y esa magnífica tormenta de la que te enamoraste se convierte en un triste suspiro.  

¿Cuál es la solución entonces? Salir huyendo. Negar tus sentimientos. No intimar con nadie por el temor a volverla a cagar. No. Debe haber otra solución.

La respuesta podemos hallarla en el encuentro inusitado de tres genios que ocurrió en una universidad de España: Lorca, Dalí y Buñuel. 

De eso trata la película correspondiente al día 3 del Reto 7x7 semana 2 –versión LGBT-: Little ashes(2008) del director Paul Morrison, quien fue nominado al premio de la academia por Mejor Película en lengua extranjera con su Solomon and Gaenor(1999).

Federico García Lorca y Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech se encuentran en la casa de estudiantes de una universidad española presentados por un amigo en común, Luis Buñuel Portolés. Tres genios en potencia que quizá nunca hubiéramos sabido de ellos si no se hubieran encontrado, destruido entre sí y transformado en figuras inspiradoras para toda la humanidad.

Creo en el destino. Esa fuerza que cuida de nosotros y pone en nuestro camino a quienes nos impulsen a ser quien en verdad somos. A esa fuerza algunos la llaman amor, en algún momento puede vestirse de atracción sexual, pero no nos confundamos, no es sólo eso. 

Luis huye a París al descubrir la intensa relación entre su Federico y ese alocado Salvador. Decide botar la toalla pero no puede dejar de pensar en su amigo: En 1929 estrena su película Un perro andaluz, referencia directa al sitio de nacimiento de Lorca, aunque siempre lo negó aduciendo que el título correspondía a un libro de poemas que él tenía escrito desde 1927.

Salvador ama profundamente a Lorca pero este sentimiento alborota su frenética atracción por la locura. También huye a París donde conoce a Elena Ivanovna Diakonova “Gala”, su musa. 

Federico no huyó. Siguió a su corazón y terminó atrapado en el callejón sin salida de un régimen mezquino. Su cuerpo terminó baleado en una zanja. Su alma late aún en su obra, ligera, estimulante, maravillosa. 

Salvador y Federico mantuvieron correspondencia. Para nuestra generación se escribían por el “whatsapp” de su época. En sus obras descubrimos alusiones entre ellos. Fue su particular forma de amarse.

No todos están destinados a ser parejas sexuales y esto no niega que puedan amarse profundamente, que vean al mundo como un sitio donde vale la pena vivir por haber conocido a esa persona. 

Lo contrario también es posible. La sexualidad puede ser un poderoso estimulante que alimente la relación. La clave como siempre lo he dicho está en la libertad. Si vas a convivir con alguien cuida de que cada uno conserve su espacio de soledad creativa. Esto no tiene nada que ver con tolerar infidelidades, no. Más bien es sentir la confianza de poder ser cada uno quien verdaderamente es. 

Dentro de 100 años todos seremos pequeñas cenicitas. Los turbios temores que nos hicieron sufrir nadie los recordará. Sólo verán nuestra obra y nuestras expresiones destinadas a quienes amamos. 

No le huyamos al amor. Permitamos que nuestras pequeñas llamas aumenten su fulgor al estar juntas. Si alguien te eleva, es. Sin límites. 

¿Qué hubiera pasado si Federico y Salvador le hubieran dado una oportunidad a su relación, mandando al carajo al mundo, volando juntos? Quizás eso hubiera salvado a Federico de las balas.

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