domingo, 11 de junio de 2017

The Children's Hour: el regalo detrás del bullying


Por @Joaquin_Pereira

Cuando éramos pequeños y el grupo de populares nos acosó en el colegio, tuvimos que reaccionar y romperle la nariz al pelmazo que nos hacía los días despreciables, logrando consolidar nuestra autoestima. 

Cuando tuvimos aquel empleo con un jefe miserable que nos hizo mobbing o asedio, decidimos renunciar y echar adelante un proyecto personal en el que nos sentíamos plenos.

Cuando aquella pareja que tuvimos nos torturó con el silencio y su desprecio, esto nos empujó a recuperar nuestra libertad y como vacuna generó que nuestras próximas relaciones fueran sanas y fluidas.

El bullying -como se le conoce al acoso despiadado- termina siendo la forma en que la vida aumenta el volumen de nuestros miedos para que los trascendamos. 

Somos expertos en tolerar pequeñas molestas pero cuando la carga se hace insoportable no nos cabe otra posibilidad que movernos y avanzar fuera de nuestra zona de confort. Ese es el regalo oculto detrás de una presión psicológica extrema.

Esto fue lo que vivieron las protagonistas de la cinta The Children's Hour(1961) del director William Wyler con las actuaciones estelares de Audrey Hepburn y Shirley MacLaine. La misma fue basada en la obra de teatro homónima escrita por Lillian Hellman y estrenada en 1934.

Dos jóvenes maestras tuvieron que aceptar su homosexualidad al ser presionadas por la calumnia de una de sus alumnas que generó el desprecio nacional hacia ellas. Una no pudo superar la presión, la otra terminó liberada.

Esa es nuestra opción cada vez que la vida nos acorrala para que hagamos frente a lo que más tememos, sucumbir o liberarnos.

Confío en que dentro de algunas décadas nadie sea acosado por sus preferencias sexuales y la única razón para unirse en pareja sea el amor y no nuestro fenotipo. 

Un heterosexual no va por la vida justificando sus preferencias, nada entonces debería obligar a que un homosexual lo haga como si tuviera que confesar un crimen atroz. El problema no está en si una persona está o no dentro de un closet, el problema está en la sociedad que los obligó a meterse dentro de ellos. 

Si dos hombres o dos mujeres se caen a golpes muchos padres le dirían a sus hijos “aprende para cuando crezcas puedas defenderte como ellos”. Pero esos mismos padres horrorizados le tapan los ojos a sus hijos si en vez de golpes son besos lo que se intercambian. Toleramos la violencia pero nos horroriza el amor.

Y para que les termine de quedar claro a aquellos tarados por decisión propia que todavía no lo hayan entendido: un niño no se hace homosexual por estar cerca de un adulto de esa tendencia. Recuerden que todo homosexual es hijo de una pareja heterosexual. 

El Código Hays

Filmar The Children's Hour sufrió en su época una particular forma de bullying llamada El Código Hays. 

Se trata de una serie de reglas restrictivas sobre lo que las producciones estadounidenses podían mostrar en pantalla. Fue escrito por William H. Hays, un líder del Partido Republicano de la época y miembro de la asociación de productores cinematográficos de Estados Unidos (MPAA).

Según este código la institución del matrimonio se consideraba sagrada. Si una historia requería en su trama un adulterio, éste no debería presentarse como algo atractivo sino repulsivo.

Las escenas de pasión no debían ser introducidas en la trama salvo que fueran indispensables. No sé mostrarían besos ni abrazos de una lascividad excesiva.

Si un amor se consideraba impuro o inmoral no debía mostrarse de forma atractiva. No debía detallarse la manera en que se ejecutaba.

¿Cómo sería un remake de The Children's Hour sin el estúpido Código Hays?


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