jueves, 1 de junio de 2017

Paterson: la maravillosa rendija por donde la vida se cuela



Por @Joaquin_Pereira
      
¿A cuántos poetas conoces? ¿Cuál es el uniforme de un poeta profesional? ¿Cómo se entiende la poesía? ¿Para qué sirve? ¿Debe servir para algo? 

La segunda película del reto 7x7 trata de la poesía. Es Paterson (2016), del director Jim Jarmusch.

Confieso que después del matrimonio o de la foto de familia perfecta, mi mayor miedo es la rutina. Tengo años rehuyendo este pavor de múltiples maneras, pero siempre termina acorralándome para que lo confronte. Quería que le diera una respuesta y no la tenía hasta ahora: la respuesta es la poesía.

Ver a los personajes de la película seguir un mismo camino cada día, haciendo las mismas cosas, me aterrorizó. Hasta que Paterson saca su libro secreto y comienza a escribir un poema inspirado en una caja de fósforos. Éste es:

Un poema de amor
Paterson

Tenemos un montón de fósforos en nuestra casa.
Los tenemos a mano, siempre.
Actualmente, nuestra marca favorita es "Ohio Cabeza Azul",
aunque solíamos preferir la marca "Diamante".
Eso fue antes de descubrir "Ohio Cabeza Azul."
Ellos están muy bien empaquetados, robustas cajas pequeñas.
con azul oscuro y claro, y la marca escrita en blanco,
con letras escritas en la forma de un megáfono,
cómo si quisiera decirle más duro al mundo,
"Aquí está el fósforo más bello del mundo,
de una pulgada y media de suave vástago de pino
cubierto por una granulada cabeza púrpura oscuro,
Muy sobrio y furioso,
y obstinadamente listo para explotar en fuego
prendiendo, quizás, el cigarrillo de la mujer que amas,
por primera vez,
y nunca fue lo mismo después.
Todo eso te daremos".
Eso fue lo que me diste: Yo me convertí
en cigarrillo, y tú en fósforo,
o yo en fósforo, y tú en cigarrillo,
brillando con besos ardiendo hacia el cielo.


***

Voilà… No hay que luchar contra la cotidianidad, lo que hay que cambiar es la mirada y ella puede ser siempre fresca y observar la vida latir en una caja de fósforo o en la lluvia. 

Cada mañana, antes de empezar mi jornada en el taller, huyo hacia el lago que queda cerca de donde vivo y me conecto nuevamente con la vida. Hoy quise seguir el ejemplo de Paterson. Tomé un libro de bocetos y escribí esto:


El lago
@Joaquin_Pereira

Un espejo de agua retoza frente a mi casa
Sé que dentro habita un monstruo
Hay tortuguitas, árboles de flores rojas, el recuerdo de las garzas que vienen en las tardes
Sí, hay personas, pero no me importan
Comienza a llover y en el espejo de agua se forman pequeños círculos
Escucho las conversaciones de los pájaros
Me gustaría ser pájaro para asomarme al espejo de agua 
Hay un espacio vacío sobre el lago
Hay un silencio entre las conversaciones de los pájaros
Una sola garza blanca no se fue con su bandada 
Está viendo su reflejo en el lago. No huye
En el espejo de agua se reflejan nubes grises
El reflejo y la lluvia son su particular forma de hacer el amor


***

Paterson develado

Las buenas películas como las buenas novelas terminan siendo un portaviones de pequeñas y conmovedoras historias aparte de la trama principal que sirve de columna vertebral.

La esposa y el supervisor de Paterson son la cara y el sello de una misma moneda. Proyectamos en el mundo nuestro interior, nuestras obsesiones que nos definen. Mientras ella llena de círculos y puntos su casa, en cortinas, pisos y vestidos; el supervisor colecciona tragedias cotidianas, desde una molestia en la espalda hasta la llegada de su suegra.

Todos terminamos siendo poetas sin saberlo. Nos obsesionan ideas y tenemos que sacarlas al mundo con cada gesto. Algunos como Paterson descubren la maravilla de tener un libro secreto donde depositar sus inquietudes para después responder sinceramente a la pregunta cotidiana de “¿cómo estás?” con “estoy bien”.

Al bar que frecuenta Paterson acude una pareja que está separándose. Se les compara con Romeo y Julieta pero también como Abbott y Costello, porque la vida es un drama o una comedia según como la miremos.

El dueño del bar juega ajedrez con su peor contendor, más irritante incluso que su esposa, compite con él mismo y sabe que le va a dar una pela. No podemos escapar de nosotros mismos. 

No es gratuito que el protagonista se llame igual que su ciudad. Paterson termina viendo gemelos por todos lados luego que su esposa le confesara que quería quedar embarazada de gemelos. 

En las paredes de su ciudad aparecen palabras que precisamente está utilizando en el poema que construye. Atrae personas que le recuerdan sus miedos y su amor.

Los malandros que le aconsejan cuidar a su perro de ser secuestrado es él mismo que quiere deshacerse de su perro;  la niña poeta le hace cuestionar el amor por su esposa; el japonés que se sienta junto a él cuando ha perdido lo que más atesora y le dice ¡Ajá! (traducido como “eres poeta coño, déjate de tonterías y vuelve a escribir”) le hace retomar su vocación. 

Todo es un reflejo de lo que llevamos dentro. Sólo nos vemos a nosotros mismos. Es por eso que terminamos escribiendo, para buscar en las páginas el reflejo de nuestros monstruos y nuestras garzas. ¡Ajá! 

Eso fue lo que me diste: Yo me convertí
en cigarrillo, y tú en fósforo,
o yo en fósforo, y tú en cigarrillo,
brillando con besos ardiendo hacia el cielo.


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